jueves, 14 de mayo de 2015

A.F

Conocí a Dios,
vive en el centro
del mundo
que él se dice,
su transporte
se asemeja
a planta autosuficiente
o a interior ya sin piel,
me confesó
que él tambien
se encuentra en mi abuelo,
pero que de a poco
abandona
la memoria
de su habla
por canales semiajenos

Al atardecer,
tomo mi vaso
de agua y saliva
para alimentar
a sus verdes compañías
y con un movimiento
tranquilo y paternal
me devolvió
agradecido
una dulce posibilidad
de labios morados.