miércoles, 25 de febrero de 2015

68

Aparentemente
Se limpian los pies
Con mi pelo
Y yo me aferro
A la suciedad de sus zapatos
Y cuando quiera quesos
él va a tener otros bigotes,
Y cuando quiera sopa
él va a tener otra garganta,
Y sobre todo
cuando quiera cereales
él va a tener vida nueva/
la húmeda.

2

Quién fue
El que entre panales
Apareció sangrando,
Y como héroe de espinas
Te toco la frente
Para que seas hoy esto?
Quién fue
El que convenció
Tus piernas
Para que negaras
Las posibles palabras
O los patrimonios
De piel y de baldosa,
Quién fue
El mudo que nunca
Dejo de susurrarte,
La bata blanca
Que introdujo manos
Y por ende
Toda la guerra.

domingo, 1 de febrero de 2015

Vino

Embeberse con la bebida oficial del catolicismo es algo exquisito, y después comer un poco de pan (o cuerpo) que tan mal hace, que tan bien hace, que es el máximo causante de los problemas del cuerpo, que es el más grande exponente en relación a problemas de pareja. Luego claro, juntar los pies, porque, qué otra queda? Si no rezar en contrario. Pedir que me trague la tierra, en vez de que me salgan alas de papel tipo biblia, que como todos saben hay que tratarlo con tanta delicadeza. Disculpame, señor de turno, a mí me gusta sentir tierra en las manos y creo que antes de vivir en tu mentira de eterna felicidad y nubes esponjosas, de cara de luz y belleza infinita, prefiero que me coman los gusanos, que son reales y pegajosos, como la baba y el moco de mi propio ser, eso que todos vomitan, que todos tocan con los dedos y besan.

Y claro, también hoy es domingo, día de descanso, mi día de recriminarte tu descanso. Por qué te fuiste a dormir mientras yo observaba el jugo y qué tan omnipresente sos que no me viste desear que se me llenen las flores de líquidos y de ardor y de semillas negras? Ojalá que tengan razón y que en tu plan te hayas enterrado a vos mismo, y que en tu absoluto hayas encontrado lo horrible, y que tus caderas no estén listas para parir, y te extraigan por cesárea y den en adopción al hijo que creaste mientras fumabas y tomabas todo el alcohol que vos creaste al mostrar con orgullo la vid que tanto da. 

Noches blancas

- Regulares – le dije al tipo. Me gustaba la idea de que no tuvieran caja contenedora, los cigarrillos abollados / la no posibilidad de terminarlos todos. Me miro como preguntando por la palabra que acaba de utilizar, me entendió, pero no comprendió.
Salí intentando impulsar uno afuera del paquete, sin lograrlo. Nadie me había explicado cómo hacerlo nunca, casi como el personaje de feminin masculin y su prueba, fallada al ochenta por ciento.
Busque mis hombros mientras decidía el camino. Nunca aprendí me dije, pero quién me enseña? Por ejemplo, mi (yo) antiguo poeta, el torturado, yo se que intenta y sale, pero tampoco estoy segura de que él sepa sobre algo más que de tirarse sobre mesas.
- Me ayudas? - Le pregunto - ayudame – le imploro, pero le cierro la cabeza con lavandas, porque ya no hay manera, lo entiendo bien, de que responda.
Veo el banco caído y sus pies moviéndose, de la misma manera que los de Mikhail Baryshnikov al principio de White nights.
Si yo me detengo a pensar, tal vez sea (seamos) exactamente como ese personaje, la inserción dentro de otra realidad, sufriendo realmente en un baile de ficción.