lunes, 11 de febrero de 2013

El currículum

Me gustaría poder escribir en el papel de un solo cigarro la historia que invente para los directivos del Teatro San Martin. Mi currículum, mi carta de presentación, mi mentira sobre una vida dedicada al teatro, sobre como mi madre siempre me dijo que teatralizo cada respiro. El momento del temblor de mi mano sosteniéndose con el marco de la supuesta ventana y el giro enrulado que hubiera creado en mi flequillo con la otra. Escribir que planeaba conseguir una pequeña grada, para simular altura y utilería para demostrar real interés en mi aceptación. Como pensaba entrar con cierto aire a la sala y luego hablar con otra voz, tal vez, la que uso ahora para leer esto en voz alta. Deseo escribir que planeaba luego demostrar que era nueva y que el talento surgía por mi deseo hacia ellos, que era lo suficientemente buena para dejarlos conformes con mi engaño. Gritarles que en el momento que los pensaba llovía y susurrarles el no saber porque gritaba.
Me juro a mi misma que sería capaz de enviar una caja con el pucho inentendible y me hago creer que ellos, comiéndose las uñas de intriga, me llamarían. Y en ese momento, parada frente a ellos, yo encendería el cigarrillo en el escenario y la actuación me consumiría tal como el fuego crea ahora estas cenizas.