martes, 7 de mayo de 2013

Última carta


Me dejás detenida en el plano donde creaste tu propia historia, yo no se si preferiste suprimir en tu mente
las verdaderas razones. Los nudos! los nudos.. lo que yo tengo no son nudos, ni amarres, ni frutos negros,
lo que tengo es la falta de padecimiento, en otras palabras, decisiones.

Me recuerdo caer en cataratas, me veo manchada por inseguridades impuestas, me recuerdo deseando poder mirar más allá de un balcón  me veo abollada, me recuerdo dudando incluso si mis palabras lograban regar agua pura.

Nos recuerdo mirando fijamente al vacío, con el sol menguando en tu cara y pulverizando mis abrazos, con tés que se enfriaban entre manos metálicas y pelo despeinado que se planchaba de tristeza.
Me figuro tirada, esperando tus señales, titiritando en la sombra de tus cambios de cariño. Esperando.

Esperando a poder decir las cosas que me recriminabas que callaba, enfrentándome y enfetándome en mi supuesta cobardía, cuando vos ,dentro de una cápsula, te cerrabas todos los cierres posibles del cuerpo.
Era yo la que realmente callaba? Porque yo me acuerdo de mis brillos que rodaban por las bolsas, a los pechos, hacia el piso sucio que rodeaba tu colchón.

Entonces, no tengo suficientes razones? No es un estado el que me ataca, no es una simple negación, tampoco una venganza; creo un corte por lo sano. Mis brazos ya simplemente no te piden porque mis piernas decidieron relevarlos.
Desde mi país las palabras de cariño ya no crecen, repasé muchas veces las posibilidades y si lo deseas te firmo todas las poesías que lo demuestran.

Mi tronco encorvado busca enderezarse y mi tutor es el deseo de superar la savia que sangró en el pasado mi árbol interior.