Si mi piel
llega a sabana usada
tréncenme los cabellos
vístanme de puntilla
entréguenme piedras blancas,
si mis manos
se asemejan a la arena
péguenme caracoles marinos
en las palmas
si llego a mirar perdida
sitúen una luz
detrás de mi cabeza
muevan las manos
despidan infinitos
abran los ojos inmensos
y véanme partir
hundiendo mi frente
en un océano rojo y plateado.